En el artículo anterior hablamos sobre como lo que habita en nuestra mente determina como interpretamos nuestro entorno y como percibimos a los demás. Y determinamos que una de las claves es la empatía.
Pues en este artículo vamos a ver como se puede utilizar la empatía para disminuir la carga negativa que constantemente bombardea nuestra mente.
La empatía es una habilidad tanto cognitiva como emocional, en la que una persona es capaz de ponerse en la situación emocional de otra, percibiendo la realidad que le afecta; es decir, ponerse en los zapatos de otra persona.
Los patrones de comunicación del mundo moderno se han vuelto tan complejos, que con frecuencia tenemos problemas para comprender a otros, al mismo tiempo que nos sentimos incomprendidos. Por muy inteligente que sea el ser humano, muchas veces carece de la inteligencia emocional suficiente para superar conflictos. Y la empatía es una de las mejores herramientas para mejorar la comunicación y percibir los sentimientos de los demás.
Cuando nos sentimos molestos por el error o conducta de otra persona, cuyas ideas contradicen las nuestras, es difícil sentir empatía, porque existe la noción arraigada de que para entender los sentimientos de otro, debo estar de acuerdo con él o aprobar su actitud, pero no es así.
A veces somos muy rápidos juzgando a los demás por errores que nosotros mismos cometemos. Al practicar la empatía, aprendes a disminuir tus prejuicios, a ser más tolerante con los demás a pesar de las diferencias, y esto se traduce en una convivencia armoniosa con personas de distintos criterios.
Cuando somos empáticos, nos volvemos mas imparciales, ecuánimes y justos. Desarrollamos una percepción objetiva de las cosas. Nuestro instinto beligerante disminuye y aprendemos a percibir de mejor manera a los demás.
Como empatizar
- Escucha sin juzgar. La otra persona se sentirá valorada y respetada, su actitud mejorará y como beneficio adicional, la relación mejorará también.
- Observa la situación desde una perspectiva externa, de manera neutral (aún cuando el afectado sea uno mismo). Si intentas evaluar la situación desde tu punto de vista, caerás en el error de juzgar desde tu esquema mental. Desconectarse de la situación ayuda a modificar la percepción del problema y podemos ser catalizadores de cambio.
- Observa a la otra persona y procura colocarte en su lugar, identifica sus sentimientos e intentar conectarte con ellos.
- Observar los gestos de la otra persona, su expresión facial, mirada, tensión muscular, lenguaje corporal. Permite que esta observación te proporcione un panorama de los sentimientos que la otra persona puede estar experimentando.
- Al estar en conflicto, respira profundo, al menos unas 3 a 5 veces, y cambia tu estado mental hacia una función afectiva que te permita entender (no justificar) lo que puede estar pasando en la mente de la otra persona.
La clave es buscar entender lo que explica la actitud de la otra persona, no lo que la justifica.
Independientemente de como nos afectan los errores o actitudes de otros, siempre que sea posible, es necesario practicar empatía para despejar nuestra mente del contenido negativo que puede nublarla y alterar nuestra percepción de los demás y nuestro entorno. Y en términos generales, para poner un granito de arena en la consolidación de las relaciones humanas y mejorar tanto el día de otros, como el nuestro.
Mil Bendiciones.