La humilde cebolla tiene una serie de propiedades medicinales y nutricionales que la convierten en una importante aliada de la salud.
Nombre científico: Allium cepa L.
Es un bulbo originario de Persia, ha sido a lo largo de la historia una de los vegetales comestibles más apreciado y conocido. Muchos pueblos de Medio Oriente y Europa la consumieron en grandes cantidades por sus propiedades medicinales y nutricionales. Pitágoras escribió un libro sobre ella.
Contiene aminoácidos (ácido glutamínico, arginina, lisina, glicina); es rica en minerales y oligoelementos como azufre, fósforo, potasio, hierro, calcio, sodio, magnesio, manganeso, zinc, selenio, cobre. Tiene vitaminas: A, B, C, E, ácido fólico, enzimas y componentes sulfurosos (muy importante el ácido tiopropiónico), glucoquinina (la insulina vegetal) y quercetina (acción antioxidante).
Composición:
- Agua 89 % Fibra 1,6% potasio 157 mg %
- Calorías 36 cal % Grasas 0,2% calcio 20 mg %
- Proteínas 1, 2% Glúcidos 8,6% potasio 33 mg
- Ácido fólico 19 mg vitamina C 0,4 mg
Propiedades:
- Estimulante del apetito.
- Ayuda a combatir el estreñimiento.
- Regulariza la función gástrica.
- Importante acción alcalinizante. Esto sumado a su abundancia en calcio y fósforo la hace apropiada para las personas que padecen osteoporosis.
- Diurética Depurativa
- Útil en afecciones respiratorias: resfrío, catarro, gripe, alergia polínica.
- Sedante - Ayuda a combatir el insomnio.
- Colabora en normalizar el colesterol y sus fracciones.
- Disminuye la agregación plaquetaria, por lo que es útil en casos de arteriosclerosis.
- Antioxidante poderoso debido a la quercetina.
- Desinfectante.
- Refuerza la inmunidad.
- Acción local favorable en casos de picaduras de insecto, acné, sabañones, verrugas, urticaria.
- Útil en la diabetes por la glucoquinina, que tiene un efecto regulador de la glucemia.
También se está estudiando su acción preventiva contra el cáncer.
Es importante consignar que el máximo de acción de sus principios se obtiene consumiéndola cruda. Si hubiera dificultades como acidez, gastritis o ulcus, se debe sumergir previamente durante unos minutos en agua caliente, cortada en trozos pequeños, y si aún así no se tolera, entonces se opta por consumirla cocinada.
Fuente de referencia: Globedia