No existe familia perfecta.
No tenemos padres perfectos,
no somos perfectos,
no nos casamos con una persona perfecta,
ni tenemos hijos perfectos.
Tenemos quejas unos de otros.
Nos decepcionamos los unos a los otros.
Por lo tanto, no existe un matrimonio saludable ni familia saludable sin el ejercicio del perdón. El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual. Sin el perdón, la familia se convierte en un escenario de conflictos y un cúmulo de agravios. Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz en el alma ni comunión con Dios.
La amargura es un veneno que intoxica y mata. Guardar amargura en el corazón es un gesto autodestructivo. Es autofagia. Quien no perdona enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente.
Es por eso que la familia tiene que ser un lugar de vida y no de muerte; territorio de curación y no de enfermedad; sitio de perdón y no de culpa.
El perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza; y curación, donde la amargura ha causado enfermedad.
Papa Francisco
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Gracias a Xenia por compartirnos tan bella imagen.
Que tengas un maravilloso día y una espléndida semana!
Que tengas un maravilloso día y una espléndida semana!