Decálogo del Camino hacia la Felicidad!!!

A continuación, analizo diez fórmulas, que le permitan al hombre recordar, en todo momento, que su felicidad está al alcance de su mano, en este preciso instante y en todo momento.

Nadie va a darme la felicidad, sólo yo puedo conseguirla. Tomo la responsabilidad de mi vida e inicio una búsqueda y un esfuerzo por encontrar eso que tanto necesito.

Yo soy un ser único en toda la tierra, nadie me comprende mejor que yo, y nadie sabe lo que yo necesito mejor que yo.  Elimino cualquier ofensa que reciba de parte de otras personas; cualquier comentario que me pueda deprimir será nulificado, ya que nadie puede opinar acerca de mi, puesto que nadie me conoce mejor que yo mismo.

Lo que recibo ahora es lo que sembré ayer, y lo que siembre ahora será lo que reciba mañana. Debo reconocer que los problemas actuales son el resultado de acciones incorrectas del pasado, pero que por lo mismo, el momento presente es el indicado para ir sembrando un futuro.

Ni el pasado ni el futuro pueden lastimarme, sólo el presente tiene valor en mi vida.  Le daré todo el valor que tiene mi momento presente y le restaré importancia a los hechos pasados que me causan remordimientos, y a los hechos futuros que me causan angustia.

Sólo yo decido lo que debo hacer en este momento. Entiendo que las influencias ajenas son tan sólo eso, influencias, y yo soy la única persona que puede decidir qué hacer en ese instante.

Sólo en el amor y en la paz interior puedo tomar las decisiones correctas. Si he de actuar en el tiempo presente, tendré que hacerlo en paz y con amor, pues de esta manera, las acciones que tome estarán inspiradas en mi más alta capacidad tanto de servicio como de inteligencia.

En mis decisiones tomaré siempre en cuenta el beneficio de los demás. Tomaré aquellas decisiones que beneficien a la mayor cantidad de personas; de esta forma, mi vida se estará encaminando hacia la más alta gloria, que es la de recibir la compensación por el servicio prestado a los demás.

Mi cara es el reflejo de mi estado interior. Cuidaré siempre el aspecto de mi rostro, adornándolo siempre con una sonrisa, y que mis ojos se encuentren siempre prestos a mandar una mirada de amor, porque de esta forma estaré reflejando la serena armonía de quien ha aprendido a caminar en el sendero de la felicidad.

Soy un ser humano al servicio de la humanidad. Todo lo que yo haga, todo lo que yo diga, todo lo que yo piense o sienta, servirá para gloria de la humanidad, o bien, para perdición de ella.

Yo tengo una misión en la vida, ser feliz y hacer feliz a los demás.  Este da sentido a nuestra existencia, y, a la vez, orienta nuestros esfuerzos hacia el beneficio de toda la humanidad.

Tomado del libro EL CAMINO HACIA LA FELICIDAD