Está bien, si eso es lo que quieres, me iré, dijo el sapo.
Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos.
Se acercó y le dijo: ¿Qué te pasa? Realmente te veo muy mal.
Y la rosa le explicó lo que ocurría: No entiendo lo que ocurre, pero desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día y nunca pude volver a ser igual.
-Claro, contestó el sapo, cuando yo estaba aquí, me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más valiosos, mejores que ellos, o simplemente porque pensamos que no nos "sirven" para nada. Pero Dios no hace a nadie para que esté de sobra en este mundo, todos tenemos algo que aprender de los demás y algo que enseñar.
“Posiblemente aquellos a quienes ignoramos o menospreciamos, sean a los que sin darnos cuenta, más necesitamos"
Eso es verdad nos pasamos la vida mirándonos el ombligo, sin percatarnos de que a veces estamos rodeados de seres maravilloso que nos quieren y nos cuidan sólo con su existencia.
ResponderBorrarEs muy cierto lo que dices, hay que prestar mayor atención a quienes nos rodean, pues en muchos casos, mejoran nuestras vidas con su presencia.
ResponderBorrarT-T muy lindo realmente hay veces que no vemos las maravillosas cosas que tenemos
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