domingo, 9 de septiembre de 2012

La definición de un VERDADERO AMIGO

image Ethel Watts dijo una vez:  “Dios nos dio parientes; gracias a Dios, podemos elegir a nuestros amigos.”

Un amigo es una persona con quien te atreves a ser tú mismo. No es preciso hablar. Siempre creí que el privilegio, el alivio y el consuelo más grandes de la amistad consisten en que no es necesario explicar nada. Los silencios entre amigos constituyen auténticas conversaciones. Lo que importa no es lo que se dice, sino lo que jamás resulta preciso decir.

Un amigo escucha la canción de mi corazón y 
me la canta cuando me falla la memoria.

El simple conocimiento de una amistad hace posible resistir la soledad, la enfermedad y la confusión, aunque el amigo carezca de medios para ayudarte. Basta con que exista.  

La amistad no mengua con la distancia, ni con el tiempo, la reclusión o la guerra, el sufrimiento o el silencio.  Es allí en donde más hondamente se arraiga.   Es allí donde florece.

Siempre crucé tu umbral sin más pena que la de marcharme...

Lo que más nos sostiene no es tanto la ayuda de nuestros amigos como la seguridad de saber que podemos contar con ellos.  Cuando un amigo pide algo, no hay mañana.

...Es que mis amigos han hecho la historia de mi vida... De mil maneras convirtieron mis limitaciones en privilegios maravillosos y me permitieron caminar serena y feliz entre las sombras creadas por mi privación.  

“QUEDARSE”
es una palabra encantadora en el vocabulario de un amigo.

Los amigos no están siempre allí para lograr que sucedan las buenas cosas. Pero incluso a solas con un camello en el medio del Sahara, o navegando en solitario durante una borrasca, contigo van sus pensamientos y sus deseos de lo mejor para ti.  Piensa en tus amigos cuando consultes la brújula o recojas la vela.

Tus amigos quieren que encuentres la felicidad especial que buscas.  Quisieran ahorrarte toda pena, todo fallo, cualquier fracaso. Pero entonces vivirías ajeno a los demás seres del planeta.  Una familia, un matrimonio o una amistad se construyen tanto con dolores como con alegrías.

No esperes que tu amigo venga a descubrirte su necesidad: ayúdale antes.

Si pudiera darte algo, sería la paz en lo más profundo de tu vida, que fuese serena y firme en todos los avatares.

Te deseo dicha, pero no la felicidad que se compra dando la espalda al mundo, ni la de renunciar por comodidad a tus sueños. 

Te deseo la dicha de hacer todas las cosas lo mejor que puedas, de correr el riesgo de intentarlo, de correr el riesgo de dar, de correr el riesgo de AMAR.

Deseo que recibas cartas cuya letra reconozcas al instante… una letra que no viste en años, o una letra por completo desconocida.  Deseo que recibas cartas de elogio, rebosantes de estímulo, cartas de amor y gratitud.  Te deseo cartas que comiencen diciendo: “Tenemos la satisfacción de anunciarle...”  Te deseo cartas rebosantes de garabatos y borrones, cubiertas de cruces, que son BESOS.

Te deseo tantas cosas...
  • Te deseo la alegría de tener siempre alguien con quien compartir las cosas.
  • Te deseo buenos recuerdos con que soportar los malos tiempos.
  • Te deseo la sorpresa de hallar algo mejor de lo que te atreviste a esperar.
  • Deseo que a veces, sólo a veces, consigas lo que anhelabas en vez de lo que necesitabas.
  • Y deseo que tengas espacio para otra amistad.
Confío en que siempre tengas en tu vida: 
amor, amistad, sinceridad y alegría.

Guarda con cuidado la felicidad, porque es un préstamo.
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