viernes, 31 de diciembre de 2010

Haciendo un análisis de fin de año

En momentos como estos, cuando faltan pocas horas para terminar el año, algunos no podemos evitar pensar en como ha sido el año que termina, y por lo general tratamos de hacer un consenso para decidir si podemos decir “este año fue bastante bueno” o “este año no ha sido tan bueno como yo esperaba”.  Pero esa faena es casi imposible.  El año tiene 365 días, y eso representa 365 oportunidades de tener todo tipo de experiencias, problemas, alegrías, sorpresas, logros y fracasos, en fin, sería un error tratar de catalogar un año entero como bueno o malo. Lo que fue bueno, debemos atesorarlo como maravilloso, y lo que no lo fue, siempre debe ser una experiencia que nos proporciona la oportunidad de aprender algo.  Las cosas no pueden ser todo el tiempo, “non plus ultra” o exactamente como nosotros quisiéramos, porque la vida sería muy aburrida si no tuviéramos que luchar por alcanzar nuestras metas, por eso es importante disfrutar al máximo de cada momento maravilloso que tengamos, pero sobre todo nunca olvidarnos de dar gracias, no solo por los dones que recibimos o las cosas que nos hacen felices, sino por todo aquello que forma parte de nuestros días, y a lo que muchas veces ni siquiera prestamos atención, porque nos parecen cosas naturales y evidentes, como el agua para beber y bañarnos, la comida que recibimos todos los días, la cama donde dormimos, y así podría seguir.

Cuando miramos hacia atrás, a los últimos 365 días, definitivamente vamos a recordar situaciones difíciles, pérdidas, enfermedades, problemas económicos, peleas, y un sin fin de cosas parecidas; pero es importante tener presente que las frustraciones fortalecen nuestro carácter y aumentan nuestra capacidad de hacerle frente a la adversidad, y nos dan la oportunidad de valorar aún mas todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor. Y lo mejor que podemos hacer, en lugar de lamentarnos por los momentos delicados, es analizar las situaciones que podríamos mejorar y encontrar maneras de evitar que nos vuelvan a suceder. Hacer enmiendas para este nuevo año que comienza, y proyectar hacia adelante nuestros mejores planes.

Puede haber quienes estemos enfermos de una o varias cosas, y hayamos experimentado sufrimiento y dolor durante este año, pero yo doy gracias por mi salud, porque puedo pararme de la cama todos los días, porque puedo caminar y hacer cosas, porque puedo disfrutar de la vida, porque mis sentidos están intactos y mi mente funciona como debe ser, porque aún puedo ayudar a otros, y dar algo de mi a quienes lo necesitan.

Entonces, creo que este es un tiempo en el que mas que analizar como fue el año que se va, quizás debemos aprovechar el momento para dar gracias por haber sobrevivido a este año y poder empezar un nuevo año lleno de oportunidades para hacer mejores acciones y tomar mejores decisiones.  

Quiero dedicar estos últimos instantes del 2010 para dar gracias por la salud, por la familia, por tener un hogar y una casa, por las personas que forman parte de nuestras vidas y por aquellas que en algún momento del año pasaron por nuestras vidas y nos dejaron algo de si mismas, por el amor de mis hijos y de mi esposo, por la música, por los días soleados y los días lluviosos, por el aprecio de mis amigos, por los logros de mis hijos, por la alegría que me brindan mis perros, y podría seguir dando gracias, porque hay tantas cosas maravillosas e inadvertidas en nuestro diario vivir, que nunca terminaría.

Espero que el Año 2011 sea tan bueno como todos esperamos y esté repleto de magníficas sorpresas.  Feliz y Venturoso Año Nuevo!!!

1 comentario:

  1. Mylene, concuerdo contigo en tu reflexion. Muchas veces dejamos de apreciar las bendiciones recibidas, que son la mayoria, y nos enfocamos en las experiencias negativas. La vida pasa rapido y no vale la pena malgastarla en cosas y gente negativa. Un fuerte abrazo, Luz

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