Características de la afección, dieta equilibrada, alimentos desaconsejados, otros consejos indispensables.
La definición sobre esta enfermedad es la siguiente: inflama las articulaciones, se caracteriza por el dolor, la hinchazón, la dificultad para el movimiento y el aumento de la temperatura. Afecta a niños desde los primeros años hasta los ancianos.
Las articulaciones más dañadas son las muñecas, los dedos de las manos y de los pies, los codos, los hombros, las caderas, las rodillas y los tobillos.
Dieta equilibrada
A la hora de ayudar a los fármacos para superar los inconvenientes que genera esta afección, existe una alimentación que resulta adecuada, tanto para prevenirla, como para aliviar sus síntomas.
Se trata de una dieta equilibrada con alimentos que resultan apropiadamente aconsejados. Son aquellos que contienen azufre, como los espárragos, los huevos, el ajo y la cebolla. Con la inclusión de estos comestibles, se favorece la eliminación de metales pesados en el organismo.
El arroz y la avena son convenientes consumirlos en su versión integral.
Dado que los pacientes con artritis reúnen bajos niveles de ácido fólico y zinc en la sangre, deben comer frecuentemente vegetales de hojas verdes, pescados, leguminosas, levadura de cerveza, semillas de girasol y champiñones.
Los pescados más beneficiosos son: sardina, trucha, salmón y arenque.
Asimismo, beber por las mañanas un vaso de agua con dos cucharadas de gelatina, contribuye a reparar los tejidos, los cartílagos y los huesos, como los jugos de zanahoria, apio y col. Ingerir diariamente vitamina E reduce las inflamaciones articulares, mientras que un aliado es el aceite de linaza o nuez.
Alimentados desaconsejados
Hay que evitar carnes que no sean magras (panceta, embutidos, salchichas), lo mismo que leche entera y sus derivados (manteca, quesos grasos).
No hay que comer espinacas ni remolacha porque son ricos en oxalatos, impiden la absorción de calcio, se depositan en las articulaciones en forma de cristales y las dañan.
Otros consejos indispensables
- Es imprescindible no sufrir sobrepeso.
- Evitar el traslado de objetos pesados.
- Sentarse con una posición recta, sin doblar la espalda ni cruzar las piernas.
- Iniciar el día con un baño caliente y cuando el dolor afecta a manos y pies se precisa que ambos se coloquen en agua caliente durante cinco o diez minutos.
- Realizar ejercicios de relajación para evitar el estrés, que es una de las principales causas de tensión y dolor de las articulaciones.
Fuente: Sociedad Argentina de Reumatología
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