Muchos de estos gestos no requieren mayor esfuerzo, pero pueden hacer la diferencia entre un buen o mal rato, o incluso entre un buen o un mal día.
- Sonreír, en vez de gruñir, en una larga fila en un banco.
- Sostenerle la puerta a alguien que viene con paquetes hasta los dientes.
- Devolver los buenos días, aun cuando de buenos no tengan nada.
- Por respeto a los cuatro invitados que ya llegaron, empezar el evento a la hora que se anunció.
- Jamás dormirse en una conferencia, o por lo menos cuidarse de no quedar en la primera fila.
- Recoger nuestra bandeja en un restaurante de comida rápida donde hay gente esperando para sentarse.
- Decir “por favor espere un momentito” antes de pasar una llamada.
- No hacer evidente que lo único que le interesa del seminario son las boquitas gratis.
- Ofrecer disculpas por la leche que su niño escupió sobre los otros pasajeros del bus.
- Dejar que el de atrás pague primero, si solo lleva un litro de leche, y uno lleva la carretilla llena.
- No pagar con cheque si el de adelante de la fila le dio el puesto.
- Usar camisas con mangas si ha decidido no rasurarse las axilas.
- Poner la luz intermitente a tiempo si va a doblar en la esquina.
- Dar las gracias a la pareja después de una pieza de baile.
- Apagar el celular en el cine antes de que empiece la película.
- Jamás comer mandarinas en un bus del transporte público.
- Usar con rapidez el único baño disponible cuando se encuentra en un sitio público lleno de gente.
- Pedir el puesto del pasillo en el avión si va a estar levantándose cada media hora para ir al baño.
- No comer frijoles antes de una clase de yoga.
- Usar audífonos en la oficina, sobre todo, si quiere escuchar música a todo volumen.
- Fingir de vez en cuando que le gusta el trabajo que está haciendo, sobre todo, si se trata de atender público.
- No fumar al lado de otros que están comiendo y que, por cierto, no fuman.
- Contener ese terrible impulso de tocar la bocina cuando no hay más nada que pueda hacerse.
- Llevar los pies limpios si va a medirse zapatos.
- No salir con una perorata vegetariana en medio de un grupo que está hincándole el diente a unas chuletas de puerco.
- Abstenerse después de la cuarta copa.
- Bajar las luces del auto en medio de la noche.
- Llenar la jarra de agua en vez de guardarla vacía en la refrigeradora.
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