Un horario de 11 horas o más favorece el desarrollo de estas dolencias
Se resiente la resistencia psicológica y se padecen distintas enfermedades
Echar alguna que otra hora de más en el trabajo -sobre todo ahora en plena crisis- es ya pura rutina para muchos trabajadores que buscan conseguir un poco de dinero extra. Pero si tenemos en cuenta las conclusiones de un estudio realizado a varios empleados de la administración pública británica, no estaría de más dedicar unas cuantas horas extra a nosotros mismos para evitar aquello de 'afortunado en el trabajo.... pero no tanto en la salud'.
El estudio, publicado por 'Annals of Internal Medicine', recoge el seguimiento a 7.000 trabajadores de entre 39 a 62 años que no presentaban riesgo de enfermedades coronarias en sus exámenes médicos de principios de los años 90. Todos ellos tenían como característica común un horario laboral continuo excesivamente largo, una jornada que, unidos a otros factores, puede estar detrás de que 192 de estos empleados terminaran desarrollando a los 12 años una enfermedad coronaria grave. Investigando los exámenes médicos que estos pacientes se realizaron hasta 2004, junto con los datos de los hospitales y las encuestas que contestaron, los expertos ingleses descubrieron un dato que consideran "interesante". Aquellas personas con un horario laboral de 11 horas o más tenían un 67% más de posibilidades de sufrir enfermedades coronarias que los que trabajaban siete u ocho horas.
Aunque el propio estudio indica que todavía hay que investigar más sobre la influencia de los horarios laborales en este tipo de enfermedades -por ejemplo con más pacientes, así como con aquellos que tengan un un nivel más alto de riesgo-, los autores se animan a afirmar que este factor puede ayudar a concretar mejor los resultados del llamado Índice de Framingham. Este índice tiene su origen a mitad del siglo XX en EEUU y es la base de los cardiólogos que estudian el riesgo de toda persona de parecer una enfermedad coronaria. Con él se identificaron las características individuales que contribuían en un plazo de 10 años a desarrollar este mal. ¿Cuáles son? Entre las clásicas se estudia el colesterol HDL, las lipoproteínas, el tabaquismo o la edad.
Desconectar del trabajo
"Aunque los cardiólogos seguimos estudiando los factores clásicos en personas que tienen un riesgo alto de parecer del corazón, es lógico que el componente 'horas de trabajo' puede incidir; más que nada porque si tenemos jornadas de 11 horas o más ya nos obliga a comer fuera de casa, lo que significa normalmente comida más grasienta y, si trabajamos en una oficina, no hacemos ejercicio físico durante todas esas horas", comenta a ELMUNDO.es Petra Sanz, coordinadora del Programa Empresas Saludables y miembro de la Fundación Española del Corazón.
Pero ya no es sólo a nivel físico, sino también psicológico. "Si la persona desarrolla un estrés crónico, al tener un horario de estas características durante mucho tiempo seguido se termina resintiendo la resistencia psicológica llevando a desarrollar distintas enfermedades, sobre todo si esa persona ya pasa de los 40 años", asegura a ELMUNDO.es el especialista en Psiquiatría, Fernando Sarráis, autor del libro 'Aprendiendo a vivir: el descanso'.
Sin embargo, pocos son los afortunados capaces de decidir cuántas horas al día van a trabajar. "Lo primero a tener en cuenta es que no es lo mismo un trabajo de albañil que de oficinista, por ejemplo", comenta Sarráis, "porque aunque el de albañil es más duro físicamente, también es más mecánico, mientras que aquellas personas que tienen un trabajo de mucha responsabilidad les cuesta desconectar, con lo que al final trabajan más".
"Jornadas laborales excesivas pueden provocar diferentes enfermedades, no sólo cardiovasculares, sino también otras como la astenia crónica, que es esa sensación de cansancio durante todo el día", explica Sarráis. Para evitarlo, Petra Sanz realiza una serie de recomendaciones: "La ley del tabaco que hay ahora es efectiva, pero también se podría aumentar los menús saludables en los comedores de los trabajos o que la propia empresa promoviese el ejercicio físico, desde animar a utilizar las escaleras y no el ascensor hasta promoviendo torneos deportivos entre los trabajadores". Con todo ello y según los especialistas, "se evitan enfermedades y se gana en productividad para la empresa".
Fuente: El Mundo / Silvia R. Taberné | Madrid
Annals of Internal Medicine 2011
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