Un profesor experto en administración del tiempo dirigía a un grupo de
estudiantes de negocios. Sacó una jarra que contenía una gran cantidad
de líquido y la colocó sobre la mesa. Luego tomó una docena de rocas del tamaña de un puño y con cuidado las colocó dentro de la jarra.
Luego preguntó:
- ¿Está llena la jarra?
Todos
dijeron que sí. Luego buscó debajo de la mesa y sacó un balde de grava.
Lo vertió en la jarra y la agitó, y preguntó nuevamente al grupo:
- ¿Esta llena la jarra?
Esta vez la clase lo observaba.
- Es probable que no - respondió un alumno.
Luego
el profesor buscó debajo de la mesa y agarró un balde que contenía arena, la vertió dentro de la jarra, rellenando todos los espacios vacíos que
quedaban entre las rocas y la grava. De nuevo preguntó:
- ¿Está llena ahora?
- ¡No! - gritaron todos.
Después, tomó un recipiente con agua y comenzó a verterla dentro de la jarra hasta que la misma se llenó hasta el borde.
- ¿Cuál es el objetivo de esta ilustración? - preguntó.
Un estudiante sugirió:
- No importa que tan llena esté su agenda, siempre puede llenarla con más cosas.
-No
- replicó el maestro - la verdad que nos enseña esta ilustración es... que si
no pueden poner las rocas grandes primero, nunca lo harán.
Ahora pregúntese: ¿Cuáles son las rocas grandes en su vida? ... y pónga esas primero en la jarra.
Reflexión
La jarra es nuestra vida, y se llena más rápido de lo que podemos imaginar. Las rocas grandes son las metas que deseamos alcanzar o las grandes dificultades con las que tenemos que lidiar.
En lugar de dedicar nuestra atención a pequeñas cosas, invertir tiempo y esfuerzo y desgastar nuestra energía en la grava y la arena, aprendamos a planificar nuestro tiempo, la semana, o el mes que viene. Hagamos listas de las metas que deseamos lograr a corto, mediano y largo plazo, y los pasos necesarios para conseguirlas. De igual forma, escribe los problemas a los que te estás enfrentando y lo que necesitas hacer para resolverlos.
Parece demasiado sencillo, pero en realidad solo se trata de priorizar; de aprender a enfocar la energía en las cosas importantes primero. Esto no significa que la grava y la arena no sean importantes, pero a veces solemos atender primero lo que es mas sencillo, y cuando decidimos dedicarle tiempo a las rocas grandes, ya estamos cansados.
El solo hecho de plasmar esto en papel, nos ayuda a programarnos mentalmente, a dimensionar el esfuerzo requerido para no postergar y sentirnos seguros de lo que debemos lograr día a día.
Pongamos las rocas grandes primero.
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