Todos hemos sentido dolor alguna vez en la vida. Ya sea debido a un golpe, una herida, un corte, calambres menstruales o un dolor cabeza, muchas son las causas de malestar físico que puede ser desde leve hasta agudo, e incluso en algunos casos, crónicos. Independientemente, de la intensidad, el dolor es representa una molestia en la vida, que muchas veces no nos permite desempeñarnos adecuadamente, e interfiere en la actividades de la vida diaria, ya sean laborales o sociales.
¿Cómo se define el dolor?
La definición general de dolor tiene un carácter predominante físico. El dolor se considera como una sensación que responde directamente a un daño o agresión tisular, y que sería proporcional al daño. Cuanto mayor es la herida, mayor es el dolor. Es una experiencia desagradable que puede afectarnos en cualquier momento, y que en muchas ocasiones aparece de forma repentina y puede llegar a ser intolerable; afectando en todas las áreas de la vida de una persona, es decir de forma social, física y emocional.
Aunque, la Asociación Internacional para el estudio del Dolor lo define como una experiencia sensorial y emocional asociada a una lesión real o potencial, la palabra “emocional” convierte al dolor no sólo en una experiencia fisiológica sino también psicológica, mientras que el vocablo “potencial” sugiere que se puede experimentar dolor sin que exista una lesión real.
El dolor puede ser agudo o crónico. Por lo general, la causa de dolor agudo es conocida y puede provenir de un accidente, de una fractura, de una cirugía, de un golpe o herida. Sin embargo, el dolor crónico es aquel que persiste durante un tiempo muy prolongado después de una lesión que dura, por ejemplo, seis meses.
A veces podemos pensar que los malestares crónicos son algo que tenemos que tolerar obligatoriamente, como si no hubiera nada que se pudiera hacer al respecto, aparte de tomar un analgésico (que muchas puede no ser suficiente). En realidad, lo correcto es acudir al médico para que nos ayude a controlar estas molestias, ya sea porque es una situación nueva, o sobre todo, porque se trate de un dolor prolongado, ya que hay que revisar qué lo está causando, para poder administrar un tratamiento adecuado, sobre todo si éste es recurrente.
¿Qué es el Dolor Crónico?
- Dolor Crónico No Maligno: Es aquel que sufre una persona cuya patología no compromete la vida a corto o medio plazo. Se le puede etiquetar como un dolor inútil, ya que no causa ningún deterioro a la salud física. Se trata de un dolor cuyo origen es orgánico, y que aunque disminuya o desaparezca, la causa aún persiste. Ejemplo: Dolor Reumatoideo, Fibromialgia, Traumatismos o de Dolor Origen Mecánico, como la Lumbalgia.
- Dolor Crónico Maligno: Es frecuente en tumores y metástasis óseas. Puede ser debido al proceso maligno o al tratamiento. Es el que indica que existe un deterioro progresivo en nuestro organismo; como por ejemplo: el cáncer.
El dolor crónico puede generar fuertes reacciones emocionales que potencian el sufrimiento que conlleva asociado. Si el dolor se vuelve crónico, puede llegar a tener un impacto devastador en todos los aspectos vitales de la persona que lo sufre:
- Socialmente, porque se tienen que disminuir las relaciones sociales con amigos y allegados.
- Laboralmente, puede llegar a afectar la productividad o la capacidad para trabajar, produciendo un sentimiento de inutilidad y problemas económicos.
- En las relaciones de familia y de pareja, porque no se pueden cumplir las expectativas de nuestros seres queridos.
Los médicos especialistas del dolor se dedican a estudiar todo tipo de dolores: sus causas, las reacciones del cuerpo y la forma en que se pueden calmar; realizando una evaluación de diagnóstico inicial, determinando el tratamiento que se debe seguir y recetando los medicamentos que sean necesarios, dependiendo de las circunstancias de cada paciente, ya que existe una variedad de medicamentos y tratamientos que pueden ser administrado para ayudar a los pacientes a aliviar los dolores.
Tenga siempre presente que hay muchos dolores crónicos que pueden ser tratados, entre ellos:
- Neuralgias.
- Migrañas.
- Dolor de cabeza crónico.
- Dolor en la parte inferior de la espalda.
- Dolor en el cuello.
- Fracturas.
- Lesiones relacionadas con el trabajo.
- Neuropatías.
- Ciática.
- Hernia de disco de la columna vertebral.
- Fibromialgia.
- Artritis.
- Dolor relacionado con el cáncer.
Algunos pacientes pueden presentar las siguientes reacciones emocionales asociadas al dolor crónico:
- A veces, los pacientes pueden sentirse molestos por tener la enfermedad, o tal vez se sientan agobiados al tratar de aprender los aspectos importantes del cuidado de su salud.
- El sentimiento de fracaso nos genera impotencia y un estado de irritación que influye en nosotros y en quienes nos rodean.
- Finalmente, cuando vemos que no es posible acabar para siempre con él, podemos caer en una depresión o al menos a un estado de ánimo deprimido que nos hace perder el sentido de la alegría.
- La continuidad del dolor nos puede producir además ansiedad social.
- Habrá días en que el tratamiento interfiera con el trabajo, la relaciones personales y/o diversión. Esto le puede generar mucha frustración.
- Si el dolor nos impide nuestra actividad normal, puede llegar a generarnos un sentimiento de inutilidad y de no sentirnos necesarios.
- Algunas veces, al luchar con el dolor, podríamos tratar de mantener niveles de actividad similares a los que teníamos cuando no sentíamos dolor, que ahora están muy por encima de nuestras posibilidades actuales, en detrimento de nuestra salud.
- Habrá momentos en que desearán dejar el tratamiento por no obtener los resultados esperados, y nuestra lucha por evitar el dolor se podría convertir en un esfuerzo inútil.
Para manejar el dolor emocional producto del dolor crónico, es recomendable realizar terapia con algún sicólogo, ya que este tipo de tratamiento está orientado de la siguiente forma:
- Trabajan sobre los pensamientos, sentimientos y sensaciones que están relacionada con el dolor.
- Entrenamiento en habilidades cognitivas y conductuales para manejar el dolor en lugar de sentirse victimizados por él.
- Entrenamiento en técnicas de respiración y relajación.
- Ruptura del círculo vicioso: El paciente puede caer en un círculo vicioso por el intento de eliminar el dolor crónico, cuando la lucha por eliminar el dolor fracasa, puede llevar al paciente a estados de depresión y ansiedad, que a su vez incrementan las sensaciones de dolor.
- Apoyo en el proceso de aceptación de su condición física y de salud.
Vivir con dolor no es algo normal, y nadie tiene porque acostumbrarse a ello. El dolor constituye una señal de alerta que indica que algo no está funcionando bien en el cuerpo, razón por la cual, lo mejor que se puede hacer es acudir a un médico para que le evalúe y pueda descubrir una posible patología, y le recete los medicamentos necesarios y adecuados.
Recuerde que no debe tomar pastillas sin prescripción médica, ya que pueden ocultar o enmascarar síntomas, e incluso agravar algunas enfermedades; sin importar qué tan fuerte sea el dolor, no debe automedicarse.
Información basada en observaciones de la Psicóloga Clínica panameña, Mgt. Mariela Donato, y la médica mexicana especialista en reumatología, Dra. Lilia Andrade.
No entendi bien cuando se dice, que hay dolores que pueden ser tratados, con respecto a laFM, me gustaria saber que tratamiento, especifico hay. he probado deversidad de ellos, por favor estoy interesada.
ResponderBorrarGracias
No entiendo si para la fibromialgia ni siquiera hay medicamento efectivos y menos la cura si la encontraron me la dicen
ResponderBorrarHola Anonimo, no estamos hablando de cura, sino de atención. Yo sufro de fibromialgia, y te puedo decir que existen diversos medicamentos que combinados adecuadamente pueden ayudarte a manejar tus síntomas, y de igual forma existen un sinnúmero de terapias alternativas. Si quieres información al respecto, aquí un link de mi blog de fibromialgia, para que le eches un vistazo: http://fibromialgico.blogspot.com/search/label/tratamiento%20de%20fibromialgia
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