El 18 de diciembre de 1998, durante la fiesta de Navidad de mi compañía, sentí un horrible dolor en
el pecho y caí a la lona para la cuenta de diez. Había sufrido un serio ataque al corazón (por cierto, un ataque al
corazón es algo leve cuando el ataque lo sufre otro; pero es algo muy
serio cuando el del ataque es uno).
Sinceramente, no creí que
pasaría la noche. Después los médicos me dijeron que si el ataque
hubiera sido cuatro años antes, me habría matado. Los cardiólogos no poseían entonces la tecnología que salvó mi vida.
Mi ataque al corazón fue una experiencia sorpresiva y dolorosa, pero creo que en este proceso Dios fue muy bueno conmigo. Varios excelentes médicos se
movieron rápidamente haciendo posible no solo que sobreviviera, sino que
evitaron también cualquier daño permanente en el corazón.
He aprendido muchas cosas de esto, por ejemplo:
- Cuando trate de decirle a las personas importantes en su vida cuánto los ama, nunca podrá decirlo suficientemente a menudo.
- Creo que mi trabajo sobre la tierra aún no ha terminado y Dios me ha dejado vivir para completarlo.
- Por el bien de mi salud, mi calidad de vida y el impacto que deseo hacer en el futuro, debo cambiar mis hábitos de vida.
Mi cardiólogo, el Dr. Marshall,
me dijo que los hombres que sobreviven un ataque al corazón cuando
todavía son jóvenes y aprenden de él, viven vidas más largas y
saludables que los que nunca sufrieron un ataque al corazón.
Yo estoy decidido a aprender de la experiencia. Cambié mi dieta. Hago ejercicios todos los días y trato de vivir una vida más balanceada.
El comentario de Mark Twain es
cierto: «La única manera de conservar su salud es comer lo que no le
gusta, beber lo que no le agrada y hacer lo que preferiría no hacer».
Tengo que admitir que esto
muchas veces es una lucha, pero estoy perseverando. Mientras escribo
esto, ha pasado más de un año del ataque al corazón y no he flaqueado en
cuanto a mi dieta y a mi programa de ejercicios. Y no lo voy a hacer. Los cambios que he hecho son permanentes.
He tomado muy a pecho el
comentario de Jim Rohn: «No deje que lo que aprende lo haga más sabio;
deje que lo que aprende lo haga más activo».
Yo creo que la acción que estoy
llevando a cabo ahora me está capacitando para disfrutar de la compañía
de mi esposa, de mis hijos y de mis futuros nietos, y me permitirá
continuar con mi misión durante décadas que de otro modo habría perdido.
Usted no necesita sufrir de un
ataque al corazón o quedar atrapado en una ventisca en el monte Everest
para hacer del fracaso su mejor amigo. Todo lo que tiene que hacer es
mantener un corazón dispuesto a aprender y tener ansias de aprender cada
vez que falla.
Tomado del Libro "El Lado Positivo Del Fracaso" de John C. Maxwell.
Mi Reflexión:
Los cambios en la vida son sumamente importantes, ya sean espirituales, físicos o emocionales... nos ayudan a seguir adelante garantizando nuestras metas; pero no tenemos que esperar a sufrir un fracaso o un suceso catastrófico para tomar la decisión de realizar un cambio. Tenemos la capacidad para hacerlo en cualquier momento, el conocimiento para saber que cosas debemos cambiar, tenemos la fortaleza para realizar los cambios necesarios, y la sabiduría para reconocer que son necesarios; lo único que necesitamos es determinación.
Mi lista de cambios:
Hacer mas ejercicio
Comer mejor
Meditar mas a menudo
Decirle a mis seres amados que los amo mas a menudo
Dar a gracias a Dios con mas frecuencia
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