viernes, 18 de noviembre de 2011

El Valor de una Sonrisa


Cuesta poco y crea mucho.
Enriquece a quienes la reciben
sin empobrecer a los que la dan.
Ocurre en un instante y su recuerdo
puede durar una eternidad.
Nadie es tan rico como para pasarse la vida sin ella, ni tan pobre que no se pueda enriquecer con una sonrisa.
Crea felicidad en el hogar, 
promueve buena voluntad en los negocios y 
constituye la contraseña de la amistad.
Y sin embargo no se puede comprar, ni mendigar, ni prestar, ni robar, pues es algo que no tiene valor terreno para nadie hasta el mismo momento que se la regala sin condiciones.
Y si alguna vez te encuentras con alguien que está demasiado cansado para darte una sonrisa, 
¿por qué no dejarle una de las tuyas?
Pues nadie necesita tanto una sonrisa como 
aquellos a quienes ya no les queda ninguna que dar.

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