Un mensaje que todo padre y adulto debe leer, porque nuestros niños están atentos a lo que hacemos, no a lo que decimos.
Cuando creías que yo no te estaba mirando.... te vi colgar mi primer dibujo en la heladera y corrí a hacer otro.
Cuando creías que yo no te estaba mirando... te vi poner alimento en la tacita del gato y aprendí que es bueno cuidar a los animales.
Cuando creías que yo no te estaba mirando... vi lágrimas salir de tus ojos y aprendí que algunas veces las cosas duelen, pero que está bien llorar...
Cuando creías que yo no te estaba mirando... te vi hacer mi postre favorito y aprendí que las cosas pequeñas son las que hacen la vida especial.
Cuando creías que yo no te estaba mirando... te escuché hacer una oración y supe que hay un Dios al que siempre puedo acudir y aprendí a confiar en El.
Cuando creías que yo no estaba mirando... te sentí darme el beso de las buenas noches y me sentí amado y protegido...
Cuando creías que yo no estaba mirando... te vi preparar un plato de comida y llevarlo a un amigo enfermo y aprendí que todos debemos cuidar unos de otros.
Cuando creías que yo no te estaba mirando... te vi dar de tu tiempo y tu dinero para ayudar a gente que no tenía nada y aprendí que los que tienen deben ayudar a los que no tienen.
Cuando creías que no te estaba mirando... te vi cuidar nuestra casa y de nosotros y aprendí que debemos cuidar lo que nos ha sido dado.
Cuando creías que no te estaba mirando... aprendí de ti las lecciones de la vida que necesitaba: como ser una persona buena y productiva.
...te miré y quise decirte..
“GRACIAS POR TODAS LAS COSAS QUE VI CUANDO CREÍAS QUE YO NO TE ESTABA MIRANDO.
TODOS NOSOTROS, PADRES O AMIGOS, INFLUIMOS EN LA VIDA DE LOS NIÑOS QUE TENEMOS A NUESTRO ALREDEDOR. Y NUNCA DEBEMOS OLVIDARLO.
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