Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras… si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
-¡Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.
Khalil Gibrán (1918)
Reflexión
Mi reflexión sobre este texto de Khalil Gibrán, es que muchas veces vivimos detrás de diferentes máscaras, tratando de ajustarnos a los demás, complacer a otros, o simplemente cumpliendo con las expectativas que se tienen de nosotros y ocultando nuestro verdadero yo, hasta que llega un momento en que nos olvidamos de como somos realmente y dejamos de experimentar aquello que nos hace felices. No debemos usar máscaras por nadie ni para nadie, debemos sentirnos orgullosos de ser nosotros mismos en todo momento.
Reflexión
Mi reflexión sobre este texto de Khalil Gibrán, es que muchas veces vivimos detrás de diferentes máscaras, tratando de ajustarnos a los demás, complacer a otros, o simplemente cumpliendo con las expectativas que se tienen de nosotros y ocultando nuestro verdadero yo, hasta que llega un momento en que nos olvidamos de como somos realmente y dejamos de experimentar aquello que nos hace felices. No debemos usar máscaras por nadie ni para nadie, debemos sentirnos orgullosos de ser nosotros mismos en todo momento.
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