lunes, 21 de enero de 2013

El loco de Khalil Gibrán

Me preguntáis como me volví loco…  Así sucedió:

Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras… si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
-¡Miren! ¡Es un loco!

Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!

Así fue que me convertí en un loco.  Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.

Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.
 
Khalil Gibrán (1918)

Reflexión
Mi reflexión sobre este texto de Khalil Gibrán, es que muchas veces vivimos detrás de diferentes máscaras, tratando de ajustarnos a los demás, complacer a otros, o simplemente cumpliendo con las expectativas que se tienen de nosotros y ocultando nuestro verdadero yo, hasta que llega un momento en que nos olvidamos de como somos realmente y dejamos de experimentar aquello que nos hace felices.  No debemos usar máscaras por nadie ni para nadie, debemos sentirnos orgullosos de ser nosotros mismos en todo momento. 

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