Siempre recuerdo cuando de niña, mis padres me
miraban fuerte y yo ya sabía lo que tenía que hacer o dejar de hacer. Sin
embargo, en el caso de nuestros hijos, se nos puede salir el globo ocular de la cuenca del
ojo, y ellos ni se dan cuenta. Como ha cambiado la cultura
de la crianza de los niños! Ahora somos mas flexibles, y hasta cierto punto
buscamos ser amigos de nuestros hijos y que nuestra persona y nuestro carácter
sea del agrado de ellos. Mientras que nosotros le teníamos miedo a nuestros
padres, ahora le tenemos miedo a nuestros hijos. ¿Qué pasó? ¿Dónde cambió todo esto? ¿Cómo o por qué cambiamos tanto el sistema de crianza en comparación al entorno familiar en
el que crecimos?
Viendo este video llamado “No debemos dar a los
hijos todo el gusto” en el que entrevistan a la sicóloga Pilar Sordo, con
relación al modelo de crianza actual, ella hace tantos comentarios atinados y
absolutamente conocidos para todos los que somos padres, que al ponerlo todoen contexto , suena aterrador la cantidad de errores que hemos estado cometiendo con nuestros hijos (no digo que no haya algunos padres mejores que
otros).
Buscando darles una felicidad mal entendida, los
padres le damos todo a nuestros hijos y a veces más de lo que necesitan: clases
de música, juegos de video, deportes, computadora, el mejor colegio, felices
cumpleaños, blackberry, viajes exóticos, y, en fin, un exceso de gratificación
poco agradecida, que muchas veces es mas bien compensación por el tiempo que no
pasamos con ellos, pero que lo que les enseña es que se requiere muy poco
esfuerzo para conseguir cosas materiales. Entonces estos mismos hijos al crecer,
se vuelven no sólo cómodos sino exigentes.
Usualmente caemos en el error de “Quiero darle a mis
hijos lo que yo no tuve” o “No quiero que pasen lo que yo
pasé”, y lo que hacemos es priorizar tanta atención y preocupación
alrededor de su felicidad, que aprenden a quererse bastante a sí mismos, pero a
nadie más. Esa autoestima no es buena. Les hace difícil dar a los demás y por lo
tanto sus interacciones emocionales se vuelven conflictivas a medida crecen.
Esto es una ironía, ya que los padres dedicamos nuestra vida a hacer felices a nuestros hijos y el resultado es su infelicidad, pues ellos
nunca aprenden la autosuficiencia, porque no los preparamos adecuadamente para
esto.
Las generaciones anteriores, no se preocuparon
tanto por estar complaciendo a sus hijos y terminaron criando gente trabajadora,
luchadora y sobre todo independiente. Eran padres que no sobreprotegían
(probablemente porque no había tantos peligros como ahora) y les dieron más
libertad a sus hijos hasta para cometer errores, lo cual les ayudó a desarrollar
un buen sentido de responsabilidad e identidad.
¿Qué hacemos entonces con nuestros hijos egoístas,
cómodos y dependientes? Pues ni mas ni menos, que ponernos las pilas y
exigirles. Hacer acuerdos sobre lo que sí y lo que no se puede, y que aprendan a
juzgar y entender la realidad que les rodea. Enseñarles que tienen que ganarse
las cosas y que todo tiene un límite que hay que respetar.
Ahora los jóvenes son tan letrados que hasta
llegan a decirte que tu como padre tienes la obligación de darles lo que ellos
consideran necesario, o que si tu te compraste
algo nuevo, también deberías haberle comprado algo a ellos, como si fuera un
derecho adquirido. Yo amo mucho a mis hijos y siempre se los digo y se lo
demuestro, pero también siempre les digo: “Mi obligación es darte casa,
comida, educación y vestido; todo lo demás es adicional y tienes que ganártelo.
Tus derechos no son iguales a los míos. Yo he trabajado toda mi vida para
conseguir lo que tengo.” Entonces es importante que entiendan que los
padres hacemos sacrificios por ellos, y merecemos privilegios y respeto; y que de igual forma, más
adelante, ellos se ganarán esas comodidades por sus propios méritos, pero para
eso, debemos enseñarles desde muy temprano, a manejar el dinero, y que si desean
algo extra, deben trabajar para conseguirlo.
En esta época de tanta tecnología y tantos medios
de comunicación, la crianza de los hijos se ha convertido en un verdadero
desafío. Hay que prepararlos para que aprendan a labrar su
felicidad, a ser responsables y considerados, y que lleguen a ser personas productivas
para la sociedad y para la familia que les toque llevar adelante.
No importa si hemos cometido errores, todo tiene
arreglo y nunca es tarde para cambiar el modelo de crianza de nuestros
hijos.
Gracias a mi amigo Régulo por compartir este excelente video conmigo.
Gracias a mi amigo Régulo por compartir este excelente video conmigo.
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