domingo, 9 de octubre de 2011

Modelo de crianza moderno y el futuro de nuestros hijos

Siempre recuerdo cuando de niña, mis padres me miraban fuerte y yo ya sabía lo que tenía que hacer o dejar de hacer.  Sin embargo, en el caso de nuestros hijos, se nos puede salir el globo ocular de la cuenca del ojo, y ellos ni se dan cuenta.  Como ha cambiado la cultura de la crianza de los niños! Ahora somos mas flexibles, y hasta cierto punto buscamos ser amigos de nuestros hijos y que nuestra persona y nuestro carácter sea del agrado de ellos.  Mientras que nosotros le teníamos miedo a nuestros padres, ahora le tenemos miedo a nuestros hijos.  ¿Qué pasó? ¿Dónde cambió todo esto? ¿Cómo o por qué cambiamos tanto el sistema de crianza en comparación al entorno familiar en el que crecimos?
 
Viendo este video llamado “No debemos dar a los hijos todo el gusto” en el que entrevistan a la sicóloga Pilar Sordo, con relación al modelo de crianza actual, ella hace tantos comentarios atinados y absolutamente conocidos para todos los que somos padres, que al ponerlo todoen contexto , suena aterrador la cantidad de errores que hemos estado cometiendo con nuestros hijos (no digo que no haya algunos padres mejores que otros).
 
Buscando darles una felicidad mal entendida, los padres le damos todo a nuestros hijos y a veces más de lo que necesitan: clases de música, juegos de video, deportes, computadora, el mejor colegio, felices cumpleaños, blackberry, viajes exóticos, y, en fin, un exceso de gratificación poco agradecida, que muchas veces es mas bien compensación por el tiempo que no pasamos con ellos, pero que lo que les enseña es que se requiere muy poco esfuerzo para conseguir cosas materiales. Entonces estos mismos hijos al crecer, se vuelven no sólo cómodos sino exigentes.  
 
Usualmente caemos en el error de “Quiero darle a mis hijos lo que yo no tuve” o “No quiero que pasen lo que yo pasé”, y lo que hacemos es priorizar tanta atención y preocupación alrededor de su felicidad, que aprenden a quererse bastante a sí mismos, pero a nadie más. Esa autoestima no es buena. Les hace difícil dar a los demás y por lo tanto sus interacciones emocionales se vuelven conflictivas a medida crecen. 
 
Esto es una ironía, ya que los padres dedicamos nuestra vida a hacer felices a nuestros hijos y el resultado es su infelicidad, pues ellos nunca aprenden la autosuficiencia, porque no los preparamos adecuadamente para esto. 
 
Las generaciones anteriores, no se preocuparon tanto por estar complaciendo a sus hijos y terminaron criando gente trabajadora, luchadora y sobre todo independiente. Eran padres que no sobreprotegían (probablemente porque no había tantos peligros como ahora) y les dieron más libertad a sus hijos hasta para cometer errores, lo cual les ayudó a desarrollar un buen sentido de responsabilidad e identidad. 
 
¿Qué hacemos entonces con nuestros hijos egoístas, cómodos y dependientes?  Pues ni mas ni menos, que ponernos las pilas y exigirles. Hacer acuerdos sobre lo que sí y lo que no se puede, y que aprendan a juzgar y entender la realidad que les rodea. Enseñarles que tienen que ganarse las cosas y que todo tiene un límite que hay que respetar. 
 
Ahora los jóvenes son tan letrados que hasta llegan a decirte que tu como padre tienes la obligación de darles lo que ellos consideran necesario, o que si tu te compraste algo nuevo, también deberías haberle comprado algo a ellos, como si fuera un derecho adquirido. Yo amo mucho a mis hijos y siempre se los digo y se lo demuestro, pero también siempre les digo: “Mi obligación es darte casa, comida, educación y vestido; todo lo demás es adicional y tienes que ganártelo.  Tus derechos no son iguales a los míos.  Yo he trabajado toda mi vida para conseguir lo que tengo.”  Entonces es importante que entiendan que los padres hacemos sacrificios por ellos, y merecemos privilegios y respeto; y que de igual forma, más adelante, ellos se ganarán esas comodidades por sus propios méritos, pero para eso, debemos enseñarles desde muy temprano, a manejar el dinero, y que si desean algo extra, deben trabajar para conseguirlo.
 
En esta época de tanta tecnología y tantos medios de comunicación, la crianza de los hijos se ha convertido en un verdadero desafío. Hay que prepararlos para que aprendan a labrar su felicidad, a ser responsables y considerados, y que lleguen a ser personas productivas para la sociedad y para la familia que les toque llevar adelante. 
 
No importa si hemos cometido errores, todo tiene arreglo y nunca es tarde para cambiar el modelo de crianza de nuestros hijos.

Gracias a mi amigo Régulo por compartir este excelente video conmigo.

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