martes, 8 de mayo de 2012

El bisfenol A está relacionado con problemas de salud y alteraciones en el desarrollo del feto, según recientes estudios

Investigadores británicos han relacionado un químico presente en muchos productos de uso diario con el desarrollo de enfermedades en los seres humanos. Se trata del bisfenol A (BPA), que se utiliza para fabricar plástico policarbonado, un material resistente a los golpes usando en la fabricación de biberones y botellas plásticas, lentes de contacto, cascos, utensilios plásticos, juguetes, discos compactos y dispositivos médicos. También se emplea para recubrir la mayoría de las latas de alimentos y bebidas y en las amalgamas dentales.  

El informe publicado el martes en 'Journal of the American Medical Association' reveló que los estadounidenses con mayores niveles de BPA en el organismo eran más propensos a tener enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y anormalidades en las enzimas hepáticas - el bisfenol A se encuentra en la orina de más del 90% de la población de Estados Unidos.

Adicionalmente, un estudio reciente, realizado en primates, ha descubierto que la exposición durante el desarrollo del feto al bisfenol A (BPA), un aditivo plástico, altera el desarrollo de su glándula mamaria. El hallazgo, publicado en 'Proceedings of the National Academies of Sciences', se suma a la evidencia de que este producto químico puede causar problemas de salud en los seres humanos, y refuerza la sospecha de que puede contribuir al cáncer de mama.
 
"Estudios anteriores en ratones han demostrado que bajas dosis de BPA alteran la glándula mamaria en desarrollo, y que estos cambios sutiles aumentan el riesgo de cáncer en el adulto", explica Patricia Hunt, genetista en la Universidad Estatal de Washington, quien añade que, "algunos han cuestionado la relevancia de estos hallazgos en ratones; sin embargo, encontrar los mismos efectos en un modelo de primates, apoya la peligrosidad del BPA".  Los coautores de este estudio, de la Universidad de Tufts, compararon la estructura de las glándulas mamarias de recién nacidos expuestos al BPA, con la de recién nacidos no expuestos, en macacos Rhesus. Las hembras embarazadas fueron alimentadas con fruta que contenía una pequeña cantidad de BPA, cada día, durante el período gestacional correspondiente al tercer trimestre del embarazo humano, consiguiendo niveles sanguíneos de BPA comparables a los de muchos estadounidenses hoy en día.  Los investigadores observaron que al nacer, la densidad de los brotes mamarios fue significativamente mayor en los monos expuestos al BPA, y que el desarrollo general de la glándula mamaria estaba más avanzado, en comparación con los monos no expuestos. 

Estudios previos ya habían demostrado que exponer a roedores a pequeñas cantidades de BPA alteraba el desarrollo de la glándula mamaria, dando lugar a lesiones precancerosas, y cancerosas, cuando los animales alcanzaban la edad adulta.  Los investigadores afirman que la investigación con primates muestra que la glándula mamaria de los roedores es un modelo fiable para estudiar la exposición a productos químicos, como el bisfenol A, que alteran la actividad de los estrógenos en los mamíferos.

Aunque la Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA) y el principal organismo de seguridad alimentaria de la Unión Europea  han manifestado que la evidencia actual indica que el bisfenol A es seguro según las normas de uso vigentes, desde hace tiempo existe controversia sobre si el químico es perjudicial para la salud humana ya que las personas pueden consumir rastros del BPA cuando éste se filtra del plástico al líquido o la comida contenido en los envases.

Las autoridades de salud canadienses planean prohibir algunos productos con BPA. El Programa Nacional de Toxicología Estadounidense tiene "cierta preocupación" de que pueda ser perjudicial para el desarrollo de la próstata y el cerebro y los funcionarios de la FDA revisarán los nuevos hallazgos, que no fueron tomados en cuenta cuando la agencia lanzó una conclusión preliminar en agosto, que indicaba que los niveles de exposición actual al BPA son seguros. "Confiamos en los datos que observamos y la información con que contamos para decir que el margen de seguridad es adecuado", manifestó la funcionaria de la FDA, Laura Tarantino. "Hay cosas que se pueden hacer si se elige reducir el nivel de bisfenol A, pero no recomendamos que nadie cambie sus hábitos o el uso de ninguno de estos productos porque por ahora no tenemos evidencia delante nuestro que sugiera que las personas necesitan hacerlo".

Algunos minoristas y fabricantes están dejando de utilizar productos con BPA. Steven Hentges, del Consejo Estadounidense de Química, un grupo de la industria, señaló que el diseño del estudio no permitía concluir que el BPA causa enfermedad cardíaca y diabetes. "Al menos a partir de este estudio, no podemos sacar ninguna conclusión respecto de que el bisfenol provoque efectos dañinos sobre la salud", dijo. "El bisfenol A ha sido intensamente estudiado en una gran cantidad de ensayos de laboratorio con animales. Y el peso de la evidencia de estos estudios sigue respaldando el uso seguro de los productos que contienen bisfenol A", añadió.

Los investigadores británicos, que reconocen que sus hallazgos no son prueba de que el químico cause daños, analizaron las muestras de orina de adultos de 18 a 74 años que participaron en un sondeo de salud del Gobierno de Estados Unidos. El 25% de las personas con los niveles más elevados de bisfenol A en sus cuerpos era más de dos veces más propenso a tener enfermedad cardíaca, incluidos ataques al corazón y diabetes tipo 2, que el 25% con las cantidades más bajas del químico en el organismo.

Durante la reunión del panel asesor de la FDA, muchos científicos y activistas dijeron que la agencia federal ignoraba los resultados de las pruebas en animales que alertaban sobre la seguridad del producto. El legislador demócrata por Michigan, John Dingell, que preside el Comité de Energía y Comercio, dijo que la FDA "se focalizaba de manera miope en la investigación financiada por la industria".
 
En resumen, las conclusiones son confusas, pero siempre queda la duda de si el bisfenol A no sea seguro, por lo tanto solo queda de nuestra parte decidir si queremos exponernos al uso de productos con bisfenol A (BPA). Como tantas otras cosas de uso cotidiano, cada día se descubre que producen efectos noscivos para la salud.  
 
Por lo menos en mi caso, cuando los resultados de los estudios son tan controversiales, hasta que se demuestre con absoluta certeza, los verdaderos efectos de un producto, prefiero escoger la opción: "es mejor prevenir, que lamentar".


Fuente: europapress.es y elconfidencial.com

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