¿Cuánto afecta el medio ambiente nuestra salud? ¿En qué grado se podrían evitar determinadas enfermedades si mejoramos el nivel de contaminación atmosférica? A nivel mundial, la contaminación ambiental es la responsable de 1.3 millones de muertes al año. Es por eso que la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó el "Mapa de la Contaminación Mundial" con el objetivo de conocer los factores ambientales que mas dañan la salud y concienciar sobre las medidas que, de tomarse, podrían evitar millones de muertes.
Este informe se realizó en 14 regiones del planeta y fue elaborado por más de 100 expertos, compilando información sobre la calidad del aire suministrada por 1,100 ciudades en 91 países, basado en datos reportados por estos países en los últimos años, que permitieron medir los niveles de partículas suspendidas en la atmósfera, inferiores a 10 micras (llamadas PM10).
La OMS recomienda un límite máximo de 20 microgramos de PM10, los cuales ya pueden ocasionar problemas respiratorios graves a humanos. Se trata mayormente de partículas de dióxido de azufre y dióxido de nitrógeno de centrales eléctricas, tubos de escape de automóviles y la industria. Si se redujeran el nivel de partículas grandes (PM10) y pequeñas (PM2.5) presentes en la atmósfera se podrían evitar 1.1 millones de todos esos fallecimientos. Vivir en ciudades cuyo aire no tiene mínimo de pureza genera mayor riesgo de sufrir una enfermedad respiratoria o una cardiovascular.
En Europa, el transporte representa un alto porcentaje de contaminación, debido al aumento del número de vehículos. Por lo general, las ciudades siguen siendo lugares contaminados. Hay pocas que cumplan las recomendaciones de la OMS. De acuerdo al “Mapa”, las ciudades de los países escandinavos (Noruega, Finlandia y Suecia) son las que cumplen con las recomendaciones de la OMS para reducir la polución, aumentando su transporte público y aplicando rigurosamente las leyes.
Según los datos compilados, 80 de los 91 países que transmitieron informaciones a la OMS, no respetan los valores de referencia de la organización internacional en materia de contaminación ambiental. Muchos países carecen de reglamentación sobre la calidad del aire y, cuando la tienen, las normas nacionales y su aplicación varían considerablemente.
La situación en los países desarrollados no debería compararse con la de los estados más pobres, ya éstos últimos tienen mayores causas que contaminan la atmósfera. En regiones como África, la calidad del aire es mala debido mayormente a la contaminación de interiores, por el empleo de ciertos combustibles para cocinar, y en el caso de India o China, todavía se usa el carbón para generar electricidad, lo que fomenta la contaminación.
Según los datos analizados, los niveles contaminantes de Mongolia y Bostwana están 10 veces por encima de los permitidos por la OMS (tienen unos niveles de PM10 superiores a los 200µg/m3). Le siguen Egipto, Bangladesh, Bosnia-Herzegovina, India, Kuwait, Nepal, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Senegal, Emiratos Árabes e Irán, todos ellos por encima de 100µg/m3.
En Europa, son muchos más los países que superan los valores aconsejados por la OMS, que se fijan en 20µg/m3; entre los que presentan mayor polución están España, Francia, Alemania, Dinamarca, Austria, Reino Unido e Italia, que es uno de los pocos países europeos con el aire más “viciado”.
En lo que concierne a América Latina, los países con más niveles de contaminación son Perú, Bolivia y Venezuela.
En América del Norte, tanto Estados Unidos y Canadá se consideran países con aire bastante limpio, ya que se benefician de una menor densidad de población, climas favorables y regulaciones más estrictas en materia de contaminación del aire. Entre las ciudades mas limpias, está Whitehorse, la capital del territorio de Yukon. Whitehorse tuvo un promedio anual de sólo 3 microgramos de PM10 por m3, mientras que Santa Fe, Nuevo México (EEUU), midió 6 microgramos, y Washington, la capital estadounidense, tuvo un nivel de 18 microgramos.
Aunque el informe también ofrece datos de la concentración de las partículas más pequeñas (PM2.5), éstos son menos detallados, ya que muchos países no ofrecen esta información. No obstante, puede observarse la misma tendencia, siendo Mongolia la que tiene el aire con mayor nivel de estas partículas, seguida por Madagascar, Ghana o Kuwait, encontrándose todas ellas en torno a los 50µg/m3, cuando la recomendación de la OMS es que debe ser inferior a los 10µg/m3.
El aire contaminado puede entrar en los pulmones, pasar a la circulación sanguínea y provocar cardiopatías, cánceres del pulmón, casos de asma e infecciones respiratorias, y según la OMS, los efectos más graves de la contaminación del aire se observan en las personas que ya están enfermas, los niños y las personas de edad, y la mortalidad por factores ambientales es de 17% en los países desarrollados y de 25% en las naciones en desarrollo o pobres. Las señales más evidentes del impacto medioambiental en el ser humano empieza con las infecciones respiratorias y las diarreas, que entre ambas generan más de 3 millones de muertes cada año. Muchas de ellas podrían evitarse si se redujeran, en el caso de las patologías respiratorias, el empleo de combustibles sólidos (leña, carbón, etc.), muy frecuente en los hogares del tercer mundo, el nivel de contaminación por el tráfico, o la exposición al humo del tabaco. Aunque el medio ambiente es responsable, directa o indirectamente, de hasta 85 trastornos, favorecer el acceso al agua potable, el uso de letrinas y una mejora de las medidas higiénico-sanitarias, evitaría el 94% de todos los procesos diarreicos
En el caso de los países ricos, aunque el panorama cambia, todavía habría que establecer numerosas intervenciones. Es claro que estos países han avanzado, sobre todo donde se han eliminado las fábricas de las ciudades, por ejemplo, pero aún queda mucho por hacer. De cómo vayan a ser diseñadas nuestras ciudades va a depender nuestra salud.
Para luchar contra la contaminación del aire, la OMS recomienda la construcción de centrales que utilizan combustibles distintos al carbón, el desarrollo de los transportes públicos y el uso de la bicicleta, así como caminar más, lo que podría reducir las enfermedades cardiovasculares.
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