sábado, 17 de septiembre de 2011

Los Anteojos

nariz Una vez, un hombre se dio cuenta que no veía bien, no solo al querer leer, sino al caminar por la calle; las caras de las personas las veía borrosas, a veces, incluso se sentía mareado. Por este motivo decidió ir a un oculista.

El médico le recetó un par de anteojos, que por el aumento que tenían, eran bastante pesados.  Al poco tiempo de usarlos, la nariz empezó a protestar.

-"¡Eh, estos anteojos son muy pesados, me molestan! ¿Y por qué tengo que aguantarlos yo, si funciono bien?"

Los ojos le respondieron: - "Ten paciencia, es que no vemos bien y dependemos de ti para que sostengas los lentes".

-"No estoy de acuerdo, arréglenselas como puedan, a mí esto me molesta y no es mi culpa",  volvió a protestar la nariz.

-"¡No te quejes tanto, que nosotros también los estamos sosteniendo y no armamos semejante escándalo!", gritaron las orejas, cansadas de escucharla.

Sin embargo, la nariz no hizo caso a las razones ni súplicas de los demás, y disimuladamente comenzó a corcovear, se movía de abajo para arriba, de un costado al otro, hasta que se movió de tal manera que los anteojos se cayeron al piso.

Claro está, en ese momento el buen hombre iba caminando por la calle y al caérsele los anteojos, tropezó y cayó con todo su peso hacia adelante.

Y adivina … ¿qué se rompió?

La nariz.

Reflexión

Esta historia nos habla del trabajo en equipo, de compartir las tareas con quienes nos rodean.  Muchas veces, aunque sea necesario, nos resulta muy difícil lo que tenemos que hacer por el bien común, y a veces, por egoísmo o pereza, no nos damos cuenta que el beneficio es para todos, incluyéndonos a nosotros mismos.  Cuando tengamos esos momentos de dudas en los que no deseamos participar del trabajo en equipo, recordemos la nariz, y tratemos de ser mas como las orejas.  Un Bendecido Fin de Semana para todos!!!

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